La noticia lleno paguinas y paguinas en todos los medios informativos, cuando se dio a conocer este domingo en la ciudad de Atlanta, que un importante grupo de cientificos EEUU, dio a conocer un caso de un Bebé, que nació con el virus de Inmunodeficiencia Humana <VIH>, nacio en el estado de Mississippi, luego de dos años de no recibir ningun tipo de tratamientos ni medicación, hoy esta funcionalmente curada.
Se trata del segundo caso de curación de la enfermedad que se conoce en el mundo y, dado que se utilizaron medicamentos antirretrovirales usuales, por mucho el más barato. En el primer caso, el de Timothy Ray Brown o el Paciente de Berlín, para curarse de una leucemia tuvo un trasplante de médula ósea de un donador con una rara mutación que lo hacía inmune al VIH.
La bebé está funcionalmente curada del VIH, es decir, el virus no ha sido completamente erradicado de su sistema, pero su presencia es tan nimia que no se detecta con pruebas clínicas normales, aunque sí con métodos ultrasensibles. Esta condición implica que el virus ha remitido y que no es necesario continuar con el tratamiento.
Lo que parece haber sido determinante en el éxito del caso fue la prontitud en administrar un tratamiento de tres fármacos, 30 horas después del nacimiento. El equipo formado, sobre todo, por la viróloga Deborah Persaud, la inmunóloga Katherine Luzuriaga y la pediatra especialista en VIH Hannah Gay supone que esa acción rápida acabó con el VIH en la corriente sanguínea del bebé, antes que el virus pudiera atrincherarse en el cuerpo. Se planea realizar un estudio para probar su hipótesis con tratamientos más agresivos a otros bebés de alto riesgo.
UN CASO ESPECIAL, POR FALTA DE PREVENCIÓN
La decisión de dar el tratamiento agresivo a la bebé la tomó la pediatra Hannah Gay, quien, tras hacer una advertencia fundamental, narra el caso de la siguiente forma: “El nombre del juego en los cuidados pediátricos al VIH, por más de 15 años, ha sido prevención. Sabemos, desde 1994, que un tratamiento adecuado, que produce un buen control viral en la mamá durante el embarazo y durante el proceso de parto, seguido de una medicación al infante durante las primeras cuatro a seis semanas de vida reducirá dramáticamente el riesgo de infección en el bebé […].
“La eficacia de estos esfuerzos de prevención ha aumentado al punto de que la transmisión de la madre al hijo ha caído a menos de 2% en los países desarrollados”. Pero en el caso de esta bebé, “la mamá no tomó antivirales durante el embarazo porque no sabía que tenía el VIH. Durante la labor, cuando la prueba dio positiva, estaba demasiado cercana a parir como para darle siquiera la dosis de medicina que se aplica rutinaria durante el parto.
“Así que este bebé tenía un riesgo de infección considerablemente más alto al que solemos ver, así que decidí añadir dos medicinas al régimen usual de postexposición” una combinación que suele usarse en tratamientos a largo plazo de infantes infectados”.
El tratamiento, explica la doctora Gay, no es del todo inusual, lo que sí fue poco común fue que se administrara a las 30 horas del nacimiento, inmediatamente después de que se tomaran las muestras para ver si existía la infección, mismas que días después salieron positivas.
La madre de la bebé siguió los tratamientos y visitas regularmente durante unos 15 meses, pero a los 18 dejó de ir a la clínica.
Regresó cuando la niña tenía 23 meses y “yo creía que iba tener un alto contenido viral, pero estuvo por debajo del nivel de detección, a pesar de que llevaba varios meses sin tomar la medicina […] para mi enorme sorpresa”.
Las pruebas ultrasensibles que Katherine Luzuriaga y Deborah Persaud hicieron, mostraron trazas de partículas de VIH, pero no de virus capaces de reproducirse.
“No está claro por qué pasó esto con esta niña en particular. Nuestra hipótesis es que la muy temprana administración de la potente terapia pudo prevenir la entrada del virus en las células longevas del sistema inmune, donde puede permanecer por muchos años.
“Al mismo tiempo, los medicamentos impidieron la replicación en células del sistema inmune de vida corta, y una vez que esas células y los virus han muerto, no hay reservorios para reemplazarlos”.
Las preguntas más usuales
Ante la avalancha de preguntas que la doctora Hannah Gay ha recibido y sigue recibiendo ha elaborado una lista de las más comunes, mismas que nos mandó.
—¿Se había tratado este enfoque antes y, si sí, cuáles habían sido los resultados?
Muchos bebés han sido tratados con la combinación de medicamentos, pero el inicio del tratamiento se suele atrasar hasta que se demuestra que el paciente está infectado. El resultado ha sido que la carga viral es baja mientras se administren los medicamentos, pero, cuando se detienen, los reservorios a largo plazo vierten células infectadas a la circulación.
—¿Qué medicamentos requerirá la bebé de ahora en adelante?
Este bebé no necesitará antiviral alguno mientras su carga viral permanezca por debajo del nivel de detección.
—¿Podría contagiar el VIH?
No estoy segura de que alguien quiera dar una promesa en firme de que el virus no podrá pasarse a alguien más. Sin embargo, sí sabemos que los pacientes con muy poca carga viral transmiten menos el virus que los que tienen cargas media o alta. Ese hecho me hace afirmar que la transmisión del virus por parte de esta niña sería extremadamente improbable.
—¿Podría aplicarse este tratamiento a otros bebés que nazcan con VIH?
Ciertamente esperamos que esta aproximación pueda funcionar para muchos otros bebés en condiciones de alto riesgo. Tomará una investigación muy extensa y cuidadosa saber si esto es o no posible. El diseño de estos estudios rigurosos ya se está haciendo y esperamos que el descubrimiento de este caso en particular pueda acelerar la implementación de esos estudios.Be
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