La píldora del día Después en América Latina
Toda latinoamericana se encuentra sumergida en un nuevo debate entre sus respectivos gobiernos y parte importante de la comunidades sociales y de salud.
Desde Perú y la decisión tomada por el PC a raíz de la demanda que presento la Iglesia Católica quien se queja de lo mal que la sociedad esta por perder tantos valores morales.
No pensaban que se iban a encontrar con una fuerte resistencia por parte de un numeroso grupo de mujeres y autoridades de la salud, quienes argumentan sus problemas reales y complicaciones que los gobiernos ni prevean ni entienden debidamente.
Toda américa esta confrontándose por este tema en particular.
El domingo 11 el ex ministros de salud, y varias autoridades médicas han firmado un documento para decir «que el fallo del tribunal vulnera los derechos de las mujeres».
«Para frenar el aborto en el Perú en caso de violación o de embarazos no deseados se necesita la píldora del día siguiente», manifestó el ministro de Salud, Oscar Ugarte.
Lo relevante segun fuentes es que «Las protestas contra la decisión del TC se dieron justo en un momento en que grupos conservadores, liderados por el ministro de Defensa, Rafael Rey -un reconocido miembro del Opus Dei- también se oponen al aborto para casos de violación o malformaciones del feto».
Algunos grupos en pos derechos de las mujeres, salieron a las calles con la consigna de «saquen sus rosarios de nuestros ovarios».
La situación de la Pastilla del Día Siguiente (PDD) en América Latina varía de país a país.
Textual fuentes Internacionales
«En México el gobierno aprobó en 2004 su venta en farmacias, y a partir de 2005 forma parte de la canasta básica de medicamentos gratuitos que se otorgan en unos 19.000 hospitales públicos. Los opositores argumentan que el gobierno no ha demostrado que no sea abortivo.
En Argentina, la PDD puede comprarse en farmacias, y desde marzo de 2007 es distribuida a través de un programa del ministerio de Salud en hospitales y centros de atención en forma gratuita.
La Iglesia católica, culto mayoritario en el país, se ha opuesto a la distribución de la píldora por considerarla abortiva.
En Venezuela se vende libremente la PDD desde 2000, y en la actualidad es comúnmente publicitada en consultorios médicos.
En Chile se ha librado una larga batalla para obtener su distribución universal tras los recursos legales planteados por grupos ultraconservadores.
Primero prohibida, luego autorizada bajo restricciones y a un costo de 15 dólares por unidad, en el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet se autorizó el reparto de la PDD a toda mujer mayor de 14 años en los centros públicos de salud.
La medida le valió a Bachelet una dura disputa con la Iglesia Católica.
Un dictamen inapelable del TC en abril de 2008 prohibió el reparto en los centros públicos, aunque lo mantuvo en las farmacias privadas.
En Bolivia, en tanto, la píldora es comercializada libremente en las farmacias desde 2004, aunque el gobierno autoriza su uso sólo en casos de violación o sospecha de que uno de los métodos anticonceptivos tradicionales falló. Se consigue a un costo de entre 6 y 8,5 dólares la unidad.
La Iglesia católica pide ocasionalmente al gobierno que prohíba su utilización.
En Colombia, desde agosto de 2001 es permitida la venta de la PDD bajo fórmula médica.
Recientemente, el Consejo de Estado, una de las altas cortes colombianas, declaró legal su uso, al rechazar una petición de un ciudadano que buscaba su prohibición.
En Paraguay, el ministerio de Salud aprueba la PDD para situaciones de emergencia, específicamente para casos de violaciones, dijo a la AFP la ministra de esa cartera, Esperanza Martínez.
No hay restricción en la venta al público pero «no hay una conciencia de las mujeres» de que la pueden usar, señala».
Fuenes: Internacionales..
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