La contaminación influye en la aparición de apendicitis.

Así lo sugiere una reciente investigación…

Investigadores de la Universidad de Calgary, Canadá, afirman que los altos índices de contaminación podrían aumentar el riesgo de contraer apendicitis en los adultos. Este descubrimiento fue discutido en la Reunión Anual del Colegio norteamericano de Gastroenterología realizado en Estados Unidos. El doctor Gilaad Kaplan, principal científico que ha trabajado en este informe asegura que es la primera vez que muestra una relación entre el aire que se respira y la enfermedad. El análisis ha contado con la participación de más de 5000 pacientes mayores de 18 años que fueron ingresados en un hospital entre los años 1999 y 2006. Gracias al programa Nacional de Vigilancia del Ambiente de Canadá, se pudieron conocer los niveles de ozono, dióxido de nitrógeno, de sulfuro, monóxido de carbono y demás partículas. “Se registró un aumento del riesgo de hospitalización por apendicitis cuando las concentraciones de ozono y dióxido de nitrógeno estaban altas en la atmósfera”, comentó Kaplan. La probabilidad de ser ingresados por apendicitis aumentaba un 15 por ciento si en los cinco días anteriores a la hospitalización la concentración de ozono y demás contaminantes era más alta. Este efecto resultaba ser más intenso en el verano cuando la gente pasa más tiempo al aire libre. El médico agregó que: “Las tasas de apendicitis en los países en desarrollo son bastante bajas, pero a medida que ellos se van industrializando comenzamos a ver la aparición de la enfermedad”, destacó el científico. La cantidad de casos de la enfermedad disminuye drásticamente en aquellos países con programa de “aire puro”.

Se llevarán a cabo otras investigaciones de este estilo para ver si se pueden confirmar los resultados. De ser así, la necesidad de controlar la calidad del aire sería vital como medida de prevención y se descubriría la pato génesis de la apendicitis, que hasta el momento se desconocen

Síntomas de la apendicitis

– Dolor e incomodidad en el centro del abdomen.

– Pérdida de apetito

– Vómitos

– Fiebre

– Cutis rojo

– Abdomen duro a lo largo de los días

Fuente: Universidad de Calgary

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