Un gobierno que regala por un lado y permite tirar por otro, mientras se cobra un IRPF a trabajadores productivos, para volcar a los más carencia dos, quienes la mayoría, se comenta en los barrios, son mandados por mayores robar, ya que en la propia comisaria al ser menores, reciben orden de los jugados que se los devuelvan a los padres, pero no se lleva un control si esa familia se encuentra dentro del sistema tiene el amparo del gobierno de manera económica.
Se les entrega canastas familiares, canasta INDA, asignaciones familiares mensuales, que llegan a los $1800. por menos, un sueldo por jefa de hogar soltera a la mujer, a sabiendas que vive con un compañero que trabaja, pero no aporta al estado.
Como vemos en la foto cuando llegan los planes de trabajo para quienes están beneficiados, la foto marca la clara diferencia que son las mujeres.
En muchos sectores de Motevideo es conocido que esposos se han separado para evitar los aportes, a pesar de seguir viviendo juntos, etc. El problema mayor es que no creamos empleo genuino y lo que es peor no existe una conducta de trabajo.
Los verdaderos trabajadores vemos como se permite, por negociados, entre empresarios, sindicatos y gobierno, se tome como algo responsable el estudio para tirar la leche si causar perjuicio al «ecosistema«, seguro que para eso se deberá crear una comisión a la cual se deberá pagar, más los gastos que todo este aparato logístico tendrá como lógica, pienso que todo esto es realmente un insulto a la inteligencia humana.
Tomen sen la molestia de leer atentamente el articulo publicado por El País Digital y analicen este buen articulo publicado por este sitio.
«Los tamberos se preguntan cuándo deberán tirar leche por efecto de las medidas sindicales en el sector industrial. Mientras se espera que mañana miércoles comience a sentirse el desabastecimiento, el sindicato y las empresas se reúnen hoy.
La producción láctea llegó ayer lunes con siete horas de retraso a los comercios de Montevideo y Canelones como consecuencia de las medidas sindicales asumidas el viernes por la Federación de la Industria Láctea (FTIL), según el sindicato.
Los camiones distribuidores debieron descargar en la zona céntrica durante el mediodía cuando la reglamentación municipal los obliga a hacerlo en las primeras horas del día.
Ayer la FTIL realizó asambleas informativas en todas las plantas lácteas del país. Allí los dirigentes mencionaron que en el día de hoy a las 12.30 serán recibidos por el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, y posteriormente tendrán una entrevista con los representantes del sector industrial.
«Es el ámbito de negociación que estábamos buscando. Estamos ansiosos por alcanzar una solución», aseveró Robert Romaso, presidente del sindicato de Conaprole y directivo nacional de la FTIL.
Para la FTIL la reunión más importante será la que mantendrán con los empresarios de la industria láctea. «Allí se verá si sale humo blanco, gris o negro», aseveró Romaso.
Desde el período de la negociación colectiva pasada el gobierno insiste en que los aumentos deben estar vinculados a la recuperación por inflación y la productividad de los trabajadores y empresas.
Para ello se deben diseñar indicadores que definen el crecimiento del sector y la participación de los trabajadores.
En ese sentido, la FTIL diseñó una fórmula que incluye una ecuación entre la cantidad de leche producida y las horas trabajadas en el año.
Las diferencias entre empresas y trabajadores se centran en el valor económico que se le adjudica a la productividad.
Romaso explicó a El País que los cálculos de las empresas dan que el aumento sería de 0,9% por año.
Hasta ayer los trabajadores rechazaban ese guarismo y los empresarios se mantenían en su posición.
En el último plenario de la FTIL algunos delegados tenían intención de pasar a medidas más contundentes. De hecho los dirigentes principales tuvieron que frenar a los representantes más exaltados.
«Tuvimos que apaciguar un poco los ánimos. Si nos llevamos por los impulsos corremos el riesgo de pasarnos. Había ambiente para medidas mucho más duras», afirmó uno de los dirigentes. «No queremos que falte la leche», agregó.
Temor.
En tanto, los productores lecheros están siguiendo con mucha preocupación las negociaciones del sindicato de la industria láctea con el gobierno y esperan que el MTSS presente en las próximas horas una propuesta que sea aceptada por los trabajadores.
Hay tamberos que ya están llamando a la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) preguntando si se va a llegar a un punto de tirar la leche, según supo El País.
Sin ánimo de meterse en las negociaciones, el presidente de la ANPL, Eduardo Viera, recordó que el sector de los lácteos tiene características distintas a las de otros ámbitos productivos del Uruguay.
En tal sentido, recordó que el país es tomador de precios, porque el 70% de la leche que se produce es industrializada y exportada.
Basándose en esa realidad, Viera consideró favorable que los trabajadores de la industria láctea «tuvieran un sueldo base y cobraran por productividad», en el marco de un sistema «similar al que rige para los tamberos. Cuánto más volumen y calidad producen, más dinero ganan. Estamos muy preocupados porque en los últimos años han desaparecido una cantidad muy grande de productores, especialmente pequeños», remarcó Viera.
Compromiso.
Por su parte el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, consignó a El País que el sindicato se comprometió con los negociadores del MTSS a que no falte leche fresca. «No va a haber desabastecimiento y vamos a negociar toda la semana si es necesario», aseveró.
«Estamos tratando de acercar las dos fórmulas y hay cierto nivel de acuerdo de priorizar los salarios más bajos, mencionó el secretario de Estado.
Brenta reconoció que «hay una tensión producto de que llevan 90 días sin acuerdo, pero ahora las propuestas se van acercando». (Producción: Pablo Antúnez y Valeria Gil)»
Sin comentarios.
En las últimas horas se esta corriendo un comentario en las redes sociales, que un grupo organizara a quien desee ir a presenciar estos actos con sus hijos para que el mundo sepa que pasa en nuestro paisito.
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